Es un tema recurrente en muchos de los análisis que se hacen de la producción de conocimiento en los diferentes dominios científicos, el de la colaboración entre investigadores pertenecientes a ámbitos territoriales distintos. En realidad, el estudio de esas colaboraciones se ha focalizado, entre otros, en dos posibles objetivos: el efecto en términos de impacto científico de la colaboración y la dependencia científica de unos dominios respecto a otros asociada a esas mismas colaboraciones.
Este tipo de análisis parecen particularmente oportunos (u oportunistas si se quiere) en aquellos casos en los que existen contenciosos políticos y/o sociales que a priori debieran afectar a la colaboración entre científicos. Me refiero a casos como el de la relación entre países o regiones en conflicto. Un ejemplo muy evidente en este sentido sería el de la colaboración entre científicos de Israel e Irán: ¿Afecta el conflicto entre ambos países a la colaboración científica?
Colaboración científica entre Cataluña y Madrid
Hoy quiero hacer algunas consideraciones sobre un caso muy diferente pero sobre todo mucho más cercano: el de la colaboración entre investigadores de Cataluña y de Madrid. ¿Cuál es el nivel de esa colaboración? ¿En qué medida genera dependencia científica de una comunidad respecto de la otra?
El mapa del gráfico 1 pone de manifiesto que existe, como no podría ser de otra forma, una intensa colaboración científica entre los investigadores de las diferentes comunidades autónomas en España. Hay que recordar que las evidencias disponibles demuestran que la colaboración se desarrolla en primer lugar con los vecinos (Consulta ¿Existe el espacio iberoamericano de la investigación?). Particularmente alta es la colaboración existente entre las dos comunidades autónomas que tienen más producción, Cataluña y Madrid.
Hasta ahí nada extraordinario. Que las dos comunidades más productivas sean las que exhiben más colaboraciones entre sí parece lo previsible. La cuestión es, a partir de aquí, analizar qué representa para cada comunidad esa colaboración, cual ha sido su evolución a lo largo del tiempo y cómo se sitúa en un contexto global la colaboración entre Cataluña y Madrid.
La colaboración entre Madrid y Cataluña representa el 16% de la producción para Madrid y el 18% para Cataluña en el año 2019. Pero la evolución de este porcentaje ha sido creciente de forma constante en ambas regiones como demuestra el gráfico 2.
Esta evolución pone de manifiesto que la colaboración ha ido representando para ambas comunidades autónomas un porcentaje mayor de sus respectivas producciones con el paso del tiempo. Pero, junto con esto, lo verdaderamente significativo es que la colaboración entre ambas regiones es mayor que la colaboración de éstas con cualquier otra región en el mundo, como se puede apreciar en la tabla que puede descargar final del post.
En mi opinión, la situación descrita aquí debe ser complementada en el análisis con al menos dos temas que podré comentar en otro post en un futuro próximo: el liderazgo de las investigaciones en colaboración y el impacto científico de estas colaboraciones frente al de la producción sin colaboración o con otro tipo de colaboradores. De momento me limito a constatar el hecho de que la colaboración entre ambas comunidades es parte importante en términos cuantitativos de su producción científica y lo está siendo cada vez más a medida que pasa el tiempo en los últimos años.
Universidades
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Félix de Moya Anegón
Founder of SCImago Research Group
https://orcid.org/0000-0002-0255-8628
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